"Made in a A Veiga" (Hecho en A Veiga) tatuado en la nuca, esclava y cadenas de oro, vaqueros desgastados y sonrisa tímida. Así se ve, desde fuera, el vegadense Rubén Murias Fernández, actual Campeón de Asturias de Kickboxing. Por dentro, sereno, noble, con un corazón que no coge en el ring, aseguran sus conocidos. Incluido el alcalde de Vegadeo, César Álvarez, que le homenajeó esta mañana en el Salón de Plenos del Ayuntamiento. "Personas como Ruben dignifican el deporte. Y mucho más en el kickboxing que tiene esas connotaciones negativas o violentas ante la sociedad", destacó el regidor, que anunció que el deportista tendrá un galardón en la próxima Gala del Deporte municipal.

Nacido en 1989, Murias, como muchos le conocen en el pueblo, es la antítesis al conflicto. Junto a otros amigos creó el espacio para entrenar en el pueblo y se puso manos a la obra. "Salimos de la nada, montamos hasta el ring", confiesa. Ocho años mas tarde es campeón de Asturias. “Ya antes había ganado al entonces campeón, aunque no estaba federado”, destacan sus amigos. “Lo que me motivaba a entrenar todos os días y a querer ganar esa pelea era el facerlle sentir orgullosos a os meus padres”, destaca el campeón, en su fala natal.

El veigueño en un evento deportivo. R. T. C.

Humilde como pocos, firmó también esta mañana en el Libro de Honor del Ayuntamiento. En un acto sencillo al que asistieron su familia y algunos amigos, y varios concejales de la corporación que le entregaron unos detalles. “Te nombro embajador de Vegadeo, aunque ya lo eras. Cuando ganaste alucinamos todos con los mensajes en redes sociales y el montón de amigos que tienes por el mundo”, destacó el regidor vegadense.

“El mérito es todo suyo. Lo hace muy fácil. Te dice ‘dime lo que tengo que hacer’ y se pone a ello, con todo. Se enfoca y aunque esté solo sigue. Hacemos muy buen tándem, la verdad” asegura Miguel Ángel Villanueva, “El Diestro”, su entrenador. A la pregunta de si se anima a participar, el próximo junio, del Campeonato de España, asegura tener “más ganas de comer cachopos y beber viño que de entrenar”. Y no es de extrañar. Cuando empezó a prepararse, en septiembre, pesaba en torno a 100 kilos y para competir, el 13 de abril, pesó 86 kilos.

Murias firmando en el libro de honor del Ayuntamiento. Ángela Rodríguez