La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Las estaciones de Gijón que nunca vieron salir un tren (y se quedaron en simples maquetas): ¿se acabará ahora el fiasco?

El proyecto de la intermodal presentado esta semana, llamado a romper una larga lista de planes que no pasaron de maquetas durante los últimos 24 años

Vídeo: Así será la futura estación de trenes y buses de Gijón

Vídeo: Así será la futura estación de trenes y buses de Gijón A. F. V.

Para ver este vídeo suscríbete a La Nueva España o inicia sesión si ya eres suscriptor.

Vídeo: Así será la futura estación de trenes y buses de Gijón Pablo Palomo

Si la teoría de los universos paralelos fuera cierta, Gijón podría tener en algún lugar del cosmos una estación intermodal de más de 400 metros, con torres de edificios de hasta 33 plantas en la avenida de José Manuel Palacio y con un hotel de cinco estrellas y 22 alturas. O también, otra con una gran bóveda acristalada y una cubierta paseable. O, incluso, una cuya cima fuera un gran jardín botánico de 420 metros, con un sistema de acequias para evitar filtraciones de agua. Todas esas ideas fueron alguna vez plasmadas en alguna maqueta. Y todas tienen en común lo mismo: nunca llegaron a realizarse. No existieron. Hasta llegar al diseño presentado el pasado lunes de la intermodal en Moreda por el secretario de Estado de Transportes, José Antonio Santano, durante su reunión con la alcaldesa, Carmen Moriyón, a esta ciudad, durante los últimos 24 años que se lleva hablando del plan de vías, en materia ferroviaria tan solo ha podido avanzar a ritmo de boceto.

Sitúan las hemerotecas la génesis del plan de vías en el caluroso agosto del 2000, cuando en plena inauguración de la Feria Internacional de Muestras, el entonces ministro de Fomento, el gijonés Francisco Álvarez-Cascos, presentaba a bombo y platillo un plan de infraestructuras de transporte que incorporaba un proyecto de metrotrén para Gijón que nadie, hasta entonces, había pedido. Sin embargo, aprovechando uno de esos trenes que, quizás, solo iba a pasar una vez en la vida, la ciudad abrió el debate para suprimir la barrera ferroviaria que partía el centro en dos. Se llegó a la conclusión de construir una estación intermodal y para gestionar semejante empresa se fundó dos años después, en 2002, la sociedad Gijón al Norte como vía para regular el plan. Desde entonces, y hasta ahora, han pasado tres convenios, varias ubicaciones y siete ministros, pero ninguna estación. O, mejor dicho, solo una. La provisional de Sanz Crespo inaugurada en el año 2011.

Las torres del plan Junquera. LNE

Pero no hay que saltarse paradas. Corrían tiempos de bonanza en España cuando en febrero de 2006 se encargó al veterano arquitecto madrileño Jerónimo Junquera lo que se acuñó como el gran proyecto urbanístico del siglo. El del diseño de todo el espacio liberado de las vías de ferrocarril. Junquera y Javier Fombella fueron los ganadores del concurso de ideas de Gijón al Norte para tal fin. Se presentaron 17 propuestas en total, cinco pasaron el corte y cuatro fueron las que se presentaron en la fase final. El plan del madrileño, en sus orígenes –luego se modificó– presentaba una urbanización de la zona de El Humedal con seis torres, una de ellas 33 plantas, once más que el Bankunión. La estación allí plasmada era de 400 metros, con un parque urbano sobre las dársenas, entre otras cosas. En este concurso participaron arquitectos de renombre como los neerlandeses Van Berkel y Carolina Bos, Alejandro Zaera y Farshid Moussavi y José Antonio Martínez Peña y Elías Torres.

El proyecto de los arquitectos Martínez Lapeña y Elías Torres presentado en 2006 LNE

El plan Junquera, que contó con recelos vecinales por la altura de los edificios, generó dudas y terminó por descarrilar. Entre medias, se puso fin a 158 años de historia de Feve en el Humedal y se inauguró Sanz Crespo con un primer tren llegado de Trubia con cuatro pasajeros. Ya en marzo de 2011, en la colegiata de San Juan Bautista, Gijón al Norte organizó una exposición para que los gijoneses conocieran las actuaciones en materia ferroviaria previstas. Fue ahí donde se mostró una gran maqueta de la intermodal en Moreda con un gran jardín botánico en su tejado. Aquella idea también cayó en saco roto.

Desde entonces y hasta hoy, la crisis del 2008 y todas sus consecuencias pusieron en riesgo de disolución a Gijón al Norte, se cambió dos veces la ubicación de la intermodal y nació el Solarón, que ahora quiere ser un gran parque. El siguiente hito se espera para 2026 cuando salga a licitación el proyecto presentado esta semana. Quizás el último tren para que Gijón tenga por fin la estación que merece.

Compartir el artículo

stats