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Saint-Gobain justifica los despidos en Avilés porque prevé una reducción a la mitad de sus ingresos en el plazo de tres años

La dirección de la compañía achaca a la fábrica de La Maruca altos sueldos e incapacidad de competir por los contratos de los fabricantes de coches

Los trabajadores de Saint-Gobain Cristalería de Avilés, detrás de la pancarta. | Mara Villamuza

La multinacional Saint-Gobain Cristalería busca cargarse de razones para justificar el cese de la actividad productiva de parabrisas en Avilés (Sekurit) de aquí a un mes y, consecuentemente, despedir al personal adscrito a este negocio –unas 125 personas–. La primera de estas razones que aduce la compañía es que, tal cual están las cosas en el sector del automóvil, la compañía multinacional perderá más de un 50 por ciento de ingresos de aquí a 2027 (hasta ahí llegan las prospecciones de la dirección de la compañía). El agujero, sin embargo, no sólo se notará en la producción de parabrisas: las cuentas de este mismo año se cerrarán con un tercio de caída con respecto al año pasado. Y todo esto se sustancia en el hecho de que la dirección de la empresa prevé que la cartera de pedidos de vidrio para automóviles será en 2027 la mitad que ahora.

Yendo de la macroeconomía a la microeconomía, la dirección del departamento de parabrisas argumenta a los negociadores del despido masivo en la planta de Avilés que "actualmente" no está previsto que la Unión Europea y España mejoren las posiciones económicas en las que actualmente se encuentran. De hecho, prevén que estas posiciones se debilitarán más allá de lo que ya están y esas previsiones se sustentan únicamente en las afirmaciones que la dirección ha puesto sobre la mesa y en un informe de casi doscientos folios redactado por una empresa consultora y que los trabajadores calificaron "de parte", es decir, sujeta a discusión.

De acertar la previsión, el departamento de Sekurit pasaría de producir los 710.000 parabrisas de este año (este es el último dato actualizado para 2024 porque hubo otros dos anteriores) a poco más de 350.000. La causa de estos números está sobre la mesa negociadora: Saint-Gobain apuesta por despedir para salvar los muebles mientras que los trabajadores quieren una reorganización de las operaciones. "Porque si quisieran, en vez de 350.000 podrían ser cero", recalcan.

La multinacional presenta más argumentos favorables para el cierre de su fábrica avilesina: aunque en 2023 los resultados contables fueron positivos, esto fue un espejismo (metieron en el mismo balance el resultado de Portugal). Otro es que los trabajadores españoles –los avilesinos– cobran más que los de otros países de la Unión Europea. Este punto no cuenta con la credibilidad de los trabajadores asturianos, es decir, no creen que ellos cobren más que los de Alemania, Francia o Italia –países con los que la fábrica avilesina guarda relación–. En cambio sí ven posible que, efectivamente, cobren más que los de Kénitra, que es un nudo industrial situado a pocos kilómetros de Rabat, la capital de Marruecos. En todo caso, "el argumento de que en otros países el coste de la mano de obra es inferior, sería quedarnos en una cuestión muy básica", replicó Isaac Pola, que es el Viceconsejero de Industria en el primer encuentro de los sindicatos mayoritarios al poco del estallido de esta crisis.

Una de las particularidades más significadas de la lista de argumentos que defiende la compañía está en la organización del trabajo. Sostienen, por ejemplo, que la fábrica de Avilés tiene como imposible optar a nuevos contratos de parabrisas lanzados por los fabricantes de vehículos (Saint-Gobain Cristalería funciona en su departamento de parabrisas como una empresa auxiliar). Lo que no aclaran es por qué no puede acceder a estos contratos (sólo hablan de que la estructura de costes en Avilés es elevada). Tampoco explican por qué sí, en cambio, la fábrica de Kénitra ha podido hacerse con nuevos contratos.

En este punto añaden datos que singularizan la posición óptima de Marruecos sobre España: la fábrica de Avilés se presentó a la subasta de una veintena de contratos y sólo amarró cuatro; uno de ellos, además, fue cancelado. En Marruecos se ha hecho de otra manera: tienen una decena de contratos de parabrisas activos (no indican, sin embargo, de cuántas opciones; o sea, la empresa no desvela a cuántas subastas se presentó la fábrica africana).

Todas estas circunstancias, según la idea que defiende la compañía, hacen que la opción del cierre de la planta sea contemplada como óptima. Y esto es así porque, reconocen, no se puede estar aplicando expedientes temporales todo el rato o, lo que es lo mismo, reconocen que la mala situación de la fábrica de parabrisas de Avilés es "estructural" y no "coyuntural": se encamina hacia el no retorno.

La fábrica de Avilés de parabrisas ha aplicado tres expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) por causas productivas de 2020 al momento presente.

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